El amor es un nombre
que no puedo recordar.
Cada mañana es otra vez
la noche anterior.
Solía levantarme entre penumbras,
caminar ciego hasta la playa,
el mar desnudo,
todos sus secretos
frente a mi: fuga de peces.
Tendría que nombrar lo que sucede,
pero hay olas que no llegan a la orilla
que nunca besan la arena
que no descansan,
son olas ateas
no hijas del mar.
Ya sé que cada mañana es otra vez
de noche.
Me lo dijiste tantas veces,
y tantas veces subí con el sol
para besarte,
para tocar tu rostro de visón,
abrir tus párpados,
pero al segundo llega la noche,
y te vuelves secretamente profunda.
Y ya no conozco todos tus nombres.
El amor es un nombre
que no puedo recordar.
No hay frases anteriores
abrazando al universo,
la única luz es del poema,
todos la oyen.
Cada palabra
es la verdad siguiente,
son los versos venideros
los que traen la luz.