Ya mi boca busca vuelo
con sus labios como alas,
sombras de un ángel caliente
al encuentro de tus hambres.
Recorre en un parpadeo
el fragmento de un instante,
flecha de ávidos pétalos
que rompe los muros del aire.
Por las selvas del silencio
sin palabras que la guarden,
boca encendida en antorcha
quema el azul de la tarde,
llama en tu boca cerrada
con golpes de sol sin sales,
que es río de mi deseo
con aguas para bañarte,
Se van abriendo tus labios
como puertas celestiales,
nubes de carmín violento,
dulces dientes sementales,
ferocidad de algodones,
inutilidad de puñales.
Ya tu boca nido y lumbre,
es imán para mi carne,
cañaveral de limones,
naranjal de azahares.
¡ Vengo a tu boca, muchacha,
con mis labios ignorantes
que besan tan locamente
como una explosión de sangre !