LO QUE NO COMPRENDO
Otrora eran gaviotas
las que te siguieron
dejando caer rosas a tu paso,
rosas rojo pasión
que te enviaba,
la dulce estación
de primavera.
Ahora son las fieras
de asquerosas bocas,
las que te vigilan
deseando te riegues
por la arena,
para despedazar
lo que allí quede
de ese cuerpo puro.
¡Cómo se unen
las malditas zarzas
de puntas hirientes
sobre los mortales,
que por ser así
no osan escaparse
del brutal asedio ¡
Alzaré mi espada
siempre desafiante,
siempre irrespetuosa,
siempre decidida
a tentar la suerte,
para combatir
con todas a muerte,
calmando con besos
lo que más te duele.
Haré con mis brazos
un escudo fuerte
que le corte el paso
al dardo inclemente,
para que no sufras,
para que no llores,
pues tu llanto es fuego
fuego calcinante
que derrite el hueso,
porque aún no comprendo
por qué sufre…el bueno.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA