¡Guitarra, qué desconsuelo!
¡Cómo la noche te asalta!
Menos perfección que falta
parece ser mi pañuelo.
Hay un pedazo de cielo
dibujado en cada traste.
Ya no respiro el contraste
de las notas que han brotado;
me contamina el pasado
y el tema que no soñaste.
Guitarra, me duele todo
desde el tiempo que no existe;
ascenso gris en lo triste,
penas de un sueño beodo.
El dedo busca acomodo
sobre el óxido templado
como pájaro cansado
que prende la senil huella.
Una melodía sella
el susurro que ha quedado.