Para un poeta de meta-sentimientos y vivencias color
rojo y negro, solidaridad y alma de ser doble o triple corazón
E-. las rocas nos abrazan, se mezclan las aguas azules, deja rimar mis pensamientos con tus cabellos rizados, la música se desprende de tus labios, me niego a dejar de contemplarte, soy feliz al pensar en ser feliz, tú no solo estas a mi lado, eres mi visión preferida.
M.- Eliecer, las gaviotas de Capri y la Isla Negra nos bendicen, se enredan al intentar acercarse, se olvidan del hambre, danzan y se balancean a nuestro lado,
me siento en el paraíso. Si Dios existe seguro está aprendiendo de nuestro Romance, estoy segura de ser feliz, me place la idea eterna de tenerte a mi lado Eliecer.
E-. Me pesan las mandíbulas al querer contarte mis episodios, agonías, persecuciones, historias y glorias, me duele las guerras vividas, la injusticia notoria, la realidad real, la paz y sus recursos son más que una paloma blanca, son martillos libertarios y sed de armonía y libertad segura.
M.- Miro tu rostro, en el mapa dibujado por tus expresiones, traducen la pena y deseos de vivir en un país justo y lleno de cantos de golondrinas y casas de caracolas. Me gustaría besarte en la frente y llenarte de paraísos poéticos, limpiarte los recuerdos de las barbaries vistas.
E-. Mathilda tu nombre teutónico se desprende de una estela rúnica y suena a vela suelta en alta mar, la notas musicales nos acercaron y marcaron nuestro nuevas vidas, tu padre y mi padre viven en mis cantos y odas al universo con sus habitantes estelares.
M.- Eliecer mi mensajero de Abrahán, aliado de los ángeles y preferido de Murillo en los retratos de Eliecer y Rebeca. Tienes razón al decir que mi vida cambio de rumbo al morirse mi padre y su oro, tu madre se fue también al cielo, tu padre nunca quiso entender tu alma de poeta ardiente. Me siento cerca de tus poemas.
Tus palabras tiernas me vuelven tu amante eterna, mi CAPITÁN
E-. Canta para mi Mathilda, canta a la vida, a las sombras con tu voz suave y calma, no pares de hablar, cabalga sobre las olas que estoy pintando para ti, reposa sobre los puntos de mis poemas a medio terminar, no dejes de ser mi inspiración, tú mi MUSA NECESARIA.
M-. Mi gran amor, llevas mi secreto contigo, Venus no dejo de ser Diosa a pesar de todas sus andadas y paseos, bésame que el sol empieza a colorear el horizonte y las aguas del mar lo devoran sin perdón y lo halan al fondo del mar.
Más allá del crepúsculo y las tonalidades nuestra vida empieza día a día, nueva y virgen de esperanzas.
E-. Mi amor perfecto, al momento que apareciste en mi vida, te quedaste impregnada en mis sentidos, sueños, deseos y pluma. En mi viaje llevo conmigo parte de tu alma, dejo mis mejores cantos inconclusos suspendidos entre el balcón y el sol, mi amor de capitán, de navegante afortunado, utopista con sueños llamados y sentidos MATHILDA.
Escenario la isla de aguas azules, Capri y la isla del eterno crepúsculo, la Isla Negra
* “Eliecer y Rebeca cuadro del pintor español Bartolomé Esteban Murillo
Poema dedicado a Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, - Pablo Neruda -
y Matilde Urrutia, esposa de un amor eterno
Por Walter Trujillo, 04.Noviembre 2011