Gracias por sus ramajes
con su presencia frondosa
donde hacen paraje
caminantes que reposan.
Gracias por sus bellas flores
porque nos sirven de adorno
y con sus resplandores
alegran nuestro entorno.
Gracias también por las frutas
que como para alimentarme
y gracias porque me gusta
en sus ramas columpiarme.
Alejandro J. Díaz Valero