Y pensar que fue una locura indecible,
el rencor que inundó tu corazón,
dejó un vestigio de dolor,
presagio obscuro de agonía,
que mató el bello idilio
y marchitó la ilusión.
No vale la pena darte amor,
mujer de loca pasión
tus labios fueron dos mentiras,
cuyo desaliento marchitó la rosa del beso,
y diluyó el amor en el tiempo.
Se, que mis angustias te son ajenas
en vano mis suplicantes sentimientos
buscan caminar sobre las huellas
que dejaron tus apasionados besos.
Para verme llorar, no me busques más,
porque moribundo aquel amor intenso
que fue apetitosa miel
a veces fue dolorosa hiel
al fin y al cabo fue amor
se ha tornado cual tarde gris
envenenada de silencio.
Sólo queda la negra sombra,
la niebla de tu ausencia,
la herida de amor
esa herida que sepultó la flor del cariño,
que devuelve la soledad
y languidece el corazón.
¿Sabes ?
en mi corazón,
hay una profunda pena de amor.
¡ Adiós, fugaz dulcinea !
¡ ya no quiero saber nada de ti !
aunque tu ausencia me esté quemando la piel
y me ahoguen los mil besos que no te di
¡ Adiós, para siempre, adiós !
® Jaime García Alvarez