Francisco Caleros de la Roca

H E R I D A S DE A M O R

Y pensar que fue una locura indecible,

el rencor que inundó tu corazón,

dejó un vestigio de dolor,

presagio obscuro de agonía,

que mató el bello idilio

y marchitó la ilusión.

 

No vale la pena darte amor,

mujer de loca pasión 

tus labios fueron dos mentiras,

cuyo desaliento marchitó la rosa del beso,

y diluyó el amor en el tiempo.

 

Se, que mis angustias te son ajenas

en vano mis suplicantes sentimientos

buscan  caminar sobre las huellas

que dejaron tus apasionados  besos.

 

Para verme llorar, no me busques más,

porque moribundo aquel amor intenso

que fue apetitosa miel

a veces fue dolorosa hiel

al fin y al cabo fue amor

se ha tornado cual tarde gris

envenenada de silencio.

 

Sólo queda la negra sombra,

la niebla de tu ausencia,

la herida de amor

esa herida que sepultó la flor del cariño,

que devuelve la soledad

y languidece el corazón.

 

¿Sabes ?

en mi corazón,

hay una profunda pena de amor.

 

¡ Adiós, fugaz dulcinea !

¡ ya no quiero saber nada de ti !

aunque tu ausencia me esté quemando la piel

y me ahoguen los mil besos que no te di

¡ Adiós, para siempre, adiós !

 

®  Jaime García Alvarez