La muñeca votiva 6 de noviembre 2011
Esa estatua, dentro del corazón
La llevo hasta que se rompe el reloj.
Como si era un árbol fuerte, un boj,
Se quedara hasta perder la razón.
Cuando se ramificaran mis aletas,
Disipando de las hojas fuertes, duras,
La magia de ese Amor imposible,
Me acompañara así inmarcesible.
Cuando la necesitaré, como druida,
Revelaría secretos ocultados
Que solo se encuentran en la nada,
Donde los elementos son mezclados.
Pura locura tendría la sonrisa
Verme envuelto de una anaconda,
Parecida al pañuelo color fresa
De las lágrimas de luna incoada.
Buscando, recordaré la voz del lloro
Cuando gritaban las palabras en la piel,
Destrozando la línea dócil del oro
Que habíamos llevado en otro riel.
Luego pensaré que solo era sueño,
Que era viaje donde se reflejaba
La música imaginaria del taño
De la cuerda alumbrada que vibraba.
Benoit Tantôt 2011