Aun sea, solo en un sueño.
Mi piel desea tocarte,
Mi voz quiere nombrarte,
Mi alma desea sentir tu presencia,
Mi vista desea observar tu silueta,
En esta noche de luna llena,
Donde su luz marca el camino,
Que me conduce, a un rincón de ensueño.
Poblada esta la noche de recuerdos,
De grandes anhelos, como luceros en el firmamento.
Me han dicho que he estado muerto,
Y mi muerte es ya un vago recuerdo,
Porque mi alma apetece, sentir tus besos.
Cada sombra que proyecta la luna.
Cada sonido que trae consigo el viento.
Cada aroma que a mi ser deleita,
Hacen aflorar más anhelos.
En esta noche donde son tuyos mis pensamientos,
Deseo evocar tu ser, para encontrarnos en este sueño.
Y así poder mostrarte, en este mágico mundo,
Lo sublime de mis sentimientos.
Tu piel, es como el suave velo hecho de seda
Tu mirada el destello de dos luceros en el cielo.
Tu voz la dulce tonada que me hace olvidar el mundo.
Y tú alma, la esencia de un despertar eterno.
No verte, no escucharte, no sentirte, no tenerte.
Me tortura tanto que deseo perder la razón
Le pediré a Dios que me haga este favor.
Mas ahora, un frío aterrador se apodera de mi.
Una duda recorre mi ser
Si Dios escucha mi ruego
¡Te perderé de mi sueño!
Calla, calla, no digas nada, me repito.
He de guardar silencio de este ruego,
Para poder verte otra vez,
Y poder decirte cuanto te quiero.
Aun sea, solo en un sueño.
Caballero Nocturno