Tu cuerpo presagia el destino de las olas
en el color de las aves en su vuelo
tu frente se levanta como playa sedienta
que interroga al cielo por el salobre de las aguas
tus ojos buscan el silencio de los dátiles
en el instante en que caen al abismo
tus labios musitan placeres jubilosos
que se extravían en los caminos del viento
la estela pensativa del barco que se aleja
me dice que mañana cuando zarpes
tu cuerpo vibrará como espiga de fuego
al percibir en tu memoria el poder afrodisíaco
que tienen los paisajes apacibles de esta isla.
Efraín Gutiérrez Zambrano