Un suspiro matutino
de sol en la ventana
me despierta suavemente
e inunda nuestras sábanas,
se despereza mi cuerpo
lentamente con desgana,
se rozan nuestros brazos
con caricia acalorada.
Los cabellos revueltos,
las mejillas rosadas,
los ojos dormilones,
la sonrisa cansada,
las pieles bien cerquita,
respiraciones pausadas
levantándose hacia el día
que se asoma en la ventana.
Pero te miro, amor mío,
y en tus ojos no me encuentro,
estás a mil años luz
sin vivir este momento.
a dónde estás vida mía?
en qué cama te levantas?
en los brazos de quién más
imaginas tu mañana?
Y yo sólo supondré
y lloraré en silencio,
el sol me mirará
escondiendo los lamentos.
Mañana será igual,
tu corazón nunca fue mio,
y tus ojos no verán
como me muero de frío.