MIRIAM RINCON U.

EL MIEDO DEL PECADOR

EL MIEDO DEL PECADOR

 

Este asqueroso lodo

donde mis pies se ensucian

en tan aciaga hora,

me produce las nauseas

más repugnantes

que nunca imaginé sentir.

 

Con qué lavo el alma,

el cuerpo, la mente,

consciencia, espíritu,

para así limpiarlos de tanta inmundicia.

 

A veces creo

que en pila bendita,

pueda deslastrarme

de esta podredumbre.

 

Otras veces sueño…

que arrodillada de por vida,

e implorando perdón

podré lavar mis culpas.

 

¡Mas sé que no es así ¡

¡Respiro pero no vivo ¡

Prosigo mi sendero

ciega, autómata,

sabiendo que lo bueno

lo dejé en el camino.

 

¡Que mi bonhomía

la cambié por estiércol ¡

 

¿Cómo puedo esperar perdón…

si no me impongo,

para salir de las heces fecales

en las cuales me hundo.?

 

A veces pienso en el suicidio

aun cuando tengo miedo

de perder el cielo,

sin reconocer que el cielo

hace mucho lo perdí…

 

Que por donde deambulo

es por el mismo centro

del verdadero infierno.

 

 

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MIRIAM RINCÓN URDANETA