Hablamos una noche y desde entonces,
las noches fueron todas distintas.
Nos encerramos en nuestras dudas,
viajero de mar y tierra…
como si el sol ya no existiese,
pero los crespúsculos de la noche
descansan suaves en tu sonrisa.
Te recuerdo escribiendo…
anotando uno a uno los detalles
de tu angustia,
de una lucha piel a piel conmigo.
Hablamos una noche,
y esa fue la última vez que hablamos…
la última vez que soñé vivir.
Hubo un sitio, un recuerdo…
hubo una vez, sin ropa alguna,
un instante de besos…
un instante que se ha dormido.
Dicen que estas pero que no te encuentras,
dicen que andas pero que tú sombra
ya no te sigue.
Me pregunto ¿cómo ha seguido tu vida?,
y aun no sé si es real,
pero el viento dice que te he olvidado.
A lo lejos alguien muere,
días tras días por nuestras culpas…
alguien nos busca, pero muere en el intento.
Ya no he vuelto a oír de ti
y tú ya no has vuelto a oír de mí,
pero en esta triste y fría noche
te recuerdo así… para ya no recordarte.