Vine a saludar el sol naciente y bailar en las dunas onduleantes la danza del espacio, la danza de las flores.
El viento me arrebato mis velos, me tiene celos. Desnuda me quede, tiritando de frío, unos cangrejos que pasaban tuvieron lastima y me tejieron un traje de arena dorada y algas verdosas.
También llego madre tortuga acompañada de su progenitura con collares de corales y zarcillos de nácar.
Miro mi entorno con ojos maravillados, la montaña se vierte suavemente a los pies del mar formando un playa de aguas apacibles.
Y allí entre el mar, la dunas doradas y la montaña que nos cobija, jugamos a escondidas con los bebes cangrejos y tortugas.
Pico, uno de los cangrejitos miro con curiosidad como las tortuguitas caminaban, se extraño.
Le pregunto a Maya la tortuguita, ¿porque caminas hacia delante?
Maya le contesta:
- pos así me enseñaron mis padres
- me gusta más caminar hacia atrás, ¿quieres aprender?
- vale ¿sera un juego?
- Si ¿Hacemos un trato trato? Tú me enseñas a caminar hacia delante y yo te enseño hacia atrás, vale?
- de acuerdo.
Empezaron a praticar la marcha del cangrejo, que no era cosa nada fácil, como pudo averiguar Maya.
Nunca encontró tantos obstáculos como ahora, se chocaba constantemente con algo, una piedra, una pelota.
Y mas iba zigzagueando en la arena y se chocó contra su padre a quien nada le gusto este juego.
Pico se reía a carcajadas y Maya también, ambos se divertían mucho. El tiempo se pasó volando, llegó la hora de partir, se abrazaron y se citaron otro día para seguir praticando.
Merche DemBar
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