¡Oh, Pesar!
Cuando una agonía insufrible inunda el corazón,
y el guardián
cierra todas las puertas al consuelo,
que llega de fuera...
Entonces la mente obtiene su sustento
de sus más íntimas profundidades,
y fluyen como lágrimas gotas de néctar,
Este dolor hace florecer mi "yo"
que hace suyos
toda pena y todo sufrimiento.
en esa profunda oscuridad,
Descubro en mi corazón la luz inextinguible,
y comprendo
Que el amor habita por siempre en mi interior.