SelenioE

Celos

Tu hebilla suelta en otras tierras

a las que no tengo alcance.

Otras manos, mismas tareas,

te ofrecen beber, copiar, esculpir en vano.

Un silencio de puerta abierta.

 

Haber perdido tu lado es un pesar de los pesares.

Mis huellas se borran y surge el tormento.

Hay una pregunta fijada al techo.

Cómo estoy, cómo se me ve, ladeando.

Gris, no puedo controlar a la gente.

 

Te llevaste la diferencia entre ambos.

No es mucho, un conjunto de barras vacías.

La tos que dan las palabras añejas, la sien y la espalda.

El trayecto de la luz apagada.

Ropa igual, vidrio sin luz, aire de papel.

Un pie en la garganta y ya te fuiste.

Volverás cuando yo sea cenizo, ceniza y mas viejo.

 

Delinquiendo en el lamento, para distraerme,

Mis rodillas van a la calzada a pintar dos puntos.

Mas bien un arreglo lineal de puntos a la deriva.

Un camino hacia los almacenes sin tu rostro.

Fué que nunca me ocupé de guardar las fotos.

Ahora toda tú me pesas con el recuerdo en la cara.

 

Eres un dibujo sinuoso y repasado.

Bajo mi cabellera, secando...

Una parte de mí quemada en celos

y lo demás sin poder controlar

los eventos que surgen sobre el piso.


No puedo forzar un resultado, pues

el oficio del silencio no tiene competencia.