Siempre te preocupas por las huellas
que dejan nuestros cuerpos en la playa
y te impacienta recordar las voces
que escapan de la unión de nuestras almas.
En esta noche clara, fíjate,
porque sé que no lo has hecho,
en la pasión de las sirenas al cantar
y en la embriaguez de las olas
al copular con las arenas
y saciarlas con la erección de las palmeras.
Escucha el susurro del viento
entre las rocas que resplandecen
en las manos de la noche
y siente el deseo ardiente
que las hace estremecer
cuando el océano las toca.
Aleja de tu corazón la zozobra
y deja que el sol de la pasión
evapore en gotas el temor
que mis manos transmiten
a tus pétalos sinuosos
y deja que el silencio de la luna guarde
en su joyero de estrellas
las voces que despiertan los sentidos
al sorprenderse bañados por la espuma.
Efraín Gutiérrez Zambrano
De su poemario Alquimia del Amor