Cómo me suenan las palabras,
pareciera que ya no las siento.
Necesito la puerta me abras,
a ver si oyéndolas las entiendo.
Qué en el corazón,
el hueso de una mano me ha salido.
Tírate un lanzamiento de tirabuzón,
hacia este inmenso vacío.
Y no temas allí perderte,
mírame a mi que ya he caído,
como permanezco “vivo”
y a pesar de todo puedo verte.
El paisaje que me has pintado,
con colores de tu risa.
Es mucho más de lo que he ansiado,
de cuanto quiero de la vida.
Sopla el viento,
levantando hojas que ya han muerto.
Corre el agua armonizando cuanto siento,
borrando de la superficie lo incierto.
Ruega el beso,
un motivo que el tiempo no haya todavía alcanzado,
una cuerda que no haya tañido algún enamorado,
una pausa del tamaño de cualquier pequeña galaxia.
Estarán entre nosotros las estrellas,
amarradas como entonces a la luz de tu mirada.
apagadas como ahora que tu cercanía me cega,
ahora que no puedo encontrarla.