Mis labios te conocen, saben de ti
y de ese mágico y suave recorrido a lo eterno,
a lo simplemente eterno.
De repente tus dedos se clavan en mi espalda,
y mi cuerpo y tu cuerpo se hacen uno.
Luego,
no me importa más que el momento…
o ese instante donde piel a piel
vivo el amor a tú lado.
Tengo sed de ti,
quiero amarte por siempre…
y ser por siempre
la historia real de nuestros sueños.
Tal vez me haya escapado de mi mismo…
quizás, sea esta noche que perdí mi alma en ti,
y mientras la respiración
empañaba los vidrios de la alcoba;
tú y yo nos aferramos al amor.
Entonces,
acuérdate de mí cuando vuelvas al cielo,
tú…tú que eres mi ángel,
Ésta es mi alma:
hemos hecho el amor toda la noche,
tú y yo sabemos que no fue un sueño.