Nunca serás mi enemiga
aunque mi nombre
no vuelva a sobrepasar tus labios,
aunque lo entierres
bajo letras de otros nombres,
nunca serás mi enemiga.
Te ofreceré mi mano si te caes,
mis muletas si cojeas,
mi venda si te hieren,
mi bastón si te haces vieja,
mis pulmones si te ahogas,
mis paisajes si te ciegan.
Nunca serás mi enemiga
aunque me rompas el alma
como un cristal con tus piedras,
aunque me podes las ramas
con afiladas tijeras,
nunca serás mi enemiga.
Te ofreceré techo y lumbre
si la vida te congela,
si tus sueños se derrumban
te ofreceré cama nueva.
Te defenderé de mi pena,
de mi odio y mi dolor,
de mi locura sin ti
de mi pecho sin calor.
Nunca serás mi enemiga
aunque me pases cuchilla
por el tallo de mi flor,
aunque me mates, amor,
nunca serás mi enemiga.