Entre destellos de luces anaranjadas
y al canto de un ángel de negras alas
aquellas manos se entrelazaban
con el amor que las almas emanaban.
Al tiempo besos prohibidos los unían
y de miradas indiscretas se escondían;
más dos corazones ahora brillaban
en la obscuridad en que se cobijaban.
Entre lágrimas de inmensa felicidad
las miradas proclamaban una verdad,
que en aquel instante eran un solo ser
al poder sus almas con el corazón ver.
En aquel momento ella y él se unieron
en un paraíso en donde se perdieron;
y el mundo que los rodeaba desapareció
pues en ese instante, el amor los unió.