Te conté de mis aventuras
en el paraíso,
de las mil y una noche
que he vivido escribiendo
historias mudas.
Te conté el cuento
de mi última travesía hasta
tu casa,
para no hallarte sentada
esperando.
Te conté de los rincones
que a solas me dieron esperanzas
cuando mi casa estaba vacía.
Te conté miles de cosas.
Te conté mis sueños, mis andanzas,
mi obsesión por robarte
y llevarte lejos.
Pero se me olvidó contarte
historias tristes.
No te conté de los odios
que llevo por dentro,
de las voces que a veces me hieren,
de la tristeza que en las noches siento.
A tí no te conté la falta que me haces
cuando te ausentas,
del amor que por ti me desvela,
que tu rencor me sabe a hierba.
A tí no te conté historias tristes.