Vagabundeando voy por la ciudad, recolectando recuerdos en mi memoria. Así escribiré esta historia, con extremo dolor y sinceridad. Un día se apagó mi luz, transite a ciegas por el encorvado camino. Embriagada mi mente era un remolino, cargaba sobre mi conciencia una pesada cruz. En el trayecto conocí a la soledad, que con tiempo se convirtió en mi mejor amiga. La culpa otra mujer que me castiga, los secretos me raptaron la verdad. La intriga me impulso a tentarme, me aventure en un mundo desconocido. Firme, recto y decidido, la esperanza comenzó a alentarme. Entre aves libertinas emprendí mi viaje, volé durante noches sin cesar. No imaginaba con lo que me iba a encontrar, cuando a contemplar a una bella paloma me distraje. La inteligencia de su canto encendió mi corazón, expulsando a la soledad traicionera. Ella se convirtió en la primera, mi princesa de mi castillo de desolación. El gigante comenzó a levantarse, después de casi dos años de dormido. Al escuchar a la paloma en su nido, el amor en las forjas comenzó a templarse. Una asesina fraguó un malvado plan, caí y su tortura me hizo hablar. Más yo no me podía callar, cuando escapaba con suerte y con afán. Así prevaleció el silencio en la paloma, que con su odio y rencor me atacó. Llanto sangriento mi vista expresó, en el este el asecho de la muerte que asoma.Así viviendo como un solitario, espero el juicio el ansiado perdón. Esperando encontrarla en el mismo sitio y al mismo horario, así recoja… los pedazos de mi corazón.