Eres una hermosa escultura,
esculpida en mármol de belleza.
Tu dulzura y gentileza
sobrepasa las líneas de mi escritura.
Eres la orquídea de mil colores
perdida en la espesura.
A ver quien no se apresura,
a encontrarte en ese jardín de flores.
Eres la perla dorada
escondida en las profundidades,
en gigante concha nacarada
alejada de las calamidades.
Eres ventana abierta
por donde miran mis ojos.
En ti no han dejado despojos
las letras salidas de mi pluma incierta.
Eres el agua cristalina
por donde el amor corre.
No permites que en mi este se borre,
tampoco en ti aquel se mina.
Eres vid fermentada,
con tu proceder embriagas.
Cuando amas eres una beldad alada,
tu amor cierra todas las llagas.
Eres el suspiro eterno
que floreció en invierno,
que desafió las decepciones,
para ahora tildarse de pasiones.
Eres la noche hecha día,
irradias luminosidad por donde quiera,
ciego el que no quisiera
ser alcanzando por tus ambrosías.
Eres arca salvadora
de mi triste soledad,
navegarás sobre la aurora
encallarás en el puerto de mi felicidad.
Eres el viento que transporta
los tristes recuerdos pasados,
dejándolos varados
en las costas de mi alma, no importa.
Eres el manjar más delicioso,
no me canso de probarte,
todos quisieran así amarte,
hasta el todopoderoso.
Eres la octava maravilla
superando a Sirio que brilla
allá en lejanía,
siendo tan pequeña como peonía.
Eres el tiempo petrificado
sobre este mundo sofocado,
los años por ti no pasan
ellos saben donde se retrasan.
Eres el boom más explosivo
que jamás ha estallado.
No es que sea nocivo
es que me tiene prendado.
Eres tú que te escucho por doquier,
eres lo más lindo que se haya procreado,
eres tú a quien yo más he amado,
eres nada menos que tú mi corazón de mujer.