la negra rodriguez

LA HISTORIA DE UN ADIÓS

Cuarenta y dos años y el silencio

encarceló la alegría y los sueños

de un amor, que  en los albores

De la  vida dos niños vieron nacer.

Ella y él, al compás del cascabel

de las sonrisas producidas por la ilusión

 danzaban en su juego del amor.

A sabiendas que el destino

 les preparaba un adiós.

Al píe de la ventana en silencio

se declararon  su amor

Y lo sellaron con dulces besos

 Y sus miradas se enredaron  para siempre

en un nudo que el tiempo no rompió.

El,  se fue, con la noche sin estrellas

y una pálida luna, para siempre lo acompañó.

Ella se quedó contemplando en los ocasos

la muerte  cada tarde de un cansado sol.

Los dos vivieron por separado

el otoño precoz de  su ausente amor.

Las hojas del calendario día a día

cayeron en la angustia que el tiempo guardó.

 Otras lunas, otros soles, otros amores,

pero ellos, fueron  los mismos en su dolor.

Nunca más, nuca más  decían en su desolación.

Él en cada de 9 de noviembre

reviviendo aquel dolor;

Ella buscando siempre en otros besos

lo que nunca de él olvido.

En el otoño de sus vidas

el destino los reencontró,

  sus cabellos  palideciendo

y su mirada  puesta en el ayer.

Se miraron y sintieron

renacer el viejo amor.

pero siempre condenados

a vivir  en el dolor.