Estás tan lejos
y a la vez, tan cerca...
Como el aire que respiro,
que me envuelve,
que me alienta...
No puedo verlo ni tocarlo,
apartarlo o abrazarlo,
pero ahí está,
atravesando la piel
para trotar por mis venas.
Como tenue brisa
que acaricia mis mejillas,
avivando el fuego
que templa
mi carne fría.
Noble viento
que enarbola mi bandera,
hinchando las velas
de esta nave
a la deriva.
Violencia desatada
que arrasa,
que doblega
dominios y certidumbres
de mi pobre voluntad.
Y como el viento,
ahí estás...
ceñido a mi cintura,
balanceando mi cuerpo
al ritmo que tu le das.
Y como el viento,
te vas...
dejando un rastro
de hojas secas,
alfombras de mi pesar.