lilith blad dracul

A MI AMADA LILITH

Y la vi pasar, su perfecta figura nublo mi juicio, su malévola belleza agito  mi corazón, la amarga dulzura que emanaba de sus ojos fue mi perdición.

 

El contoneo de su silueta rayaba con lo infernal, su piel toda una obra maestra del pecado.

 

El aroma de  su cuerpo era celestial y mortífero.

 

Sus caricias llamaradas del averno y el roce de sus piernas la caída al precipicio.

 

Sus brazos,  alas funestas  listas para remontar el vuelo hacia su maldita guarida, de labios carmesí  y colmillos tan blancos como la pureza misma, solo manchados por el rojo de mi sangre.

 

Su vientre infecundo, capilla de mil prejuicios, tan cálida como la pasión, tan dolorosa como la flagelación y tan placentera como tenerla.

 

Sus manos garras que atraviesan la piel y desgarran el alma.

 

El aliento de sus fauces  teñidas de  notas de violetas, de libidos iracundos lanzados al infinito.

 

Su larga cabellera de espinos de seda, tan encendida como las rosas bañadas por el candor     umbrío.

 

En fin, toda ella una diosa, una musa, un ser maligno de estirpe cautivo, un alma tan oscura y marchita como la muerte misma.