Nostalgias y lágrimas del cielo caían,
llorando tú triste y sofocante partida,
dejando al alma; en pedazos mutilada,
cual cascadas, del rojo mar partían.
Con palabras crueles envenenas,
hiel de tus labios brotaban,
deslizándose sobre el diván,
donde lloraba, el corazón de penas.
Pálido, gris y frió se hallaba,
el luchador de mil batallas,
que ahora muerto, en ataúd yace.
Criminal; eres amor que nace,
con rostro de mujer te hallas,
libre por el cielo, que caminaba.