Apañada la melena en un moño,
con cabellos de color del pajuz,
una muchacha con gesto bisoño
corta leños de un seco alcazuz,
a la espalda del padre un coloño
que como Cristo carga su cruz.
Sobre un catre dormita un retoño,
niño pobre de hambre y ataúd,
¡ tan enfermo morirá este otoño
cuando afine la lluvia el laúd !
En la barraca de hórrido barro
huele a caldo de hueso y rehús,
y en el suelo un escuálido guarro
busca restos de col y altramuz.
A lo lejos se escuchan los carros
con sus jondos quejidos del sur
al cribar sus ruedas guijarros
como al agua del río el azud.
Jornalero de brazos bizarros,
piel de junco y lustroso abedul,
alma esclava de azada y arado
bajo un cielo ocioso y gandul.
Por la sombra se turban los toros
entre olivos de un tinte abenuz,
y en los cerros tiritan los olmos
bajo el sol y sus danzas de luz,
Un buitre apostado en un tolmo
a la espera de muerte y carnuz
es el patético y trágico adorno
en la estampa de un campo andaluz.