Amo la serena vida de tus ojos,
el instante en que acaricias
los poros de mis sombras,
cada ángulo preciso de tu cuerpo
y cuando en tu boca asoma esa sonrisa -más te amo-
Te amo
cuando inclinas la cabeza como un cachorro bueno,
amo de ti la impaciencia de tu hambre,
la sed que me sacia y que me duerme,
amo los comienzos interminables de tu excusa desnuda
y el borboteo de tu mundo agitado en mis colinas,
el almíbar de tu boca con su acidez de pomelo,
el trémulo aliento horadando mis ingles
y tu entrante de mar haciéndome caracola.
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