efraguza123

SALMO II

 Tú eres mi Señor y mi Dios,

luz del universo,

maravilla es el rocío

que cae sobre el alma.

 

Gracias a ti, oh Dios,

por enredar en los cabellos de la noche

la esperanza del alba.

Gracias por el collar de aspiraciones

ensartadas en el sabor

de cada lágrima.

 

Permíteme, en este instante,

bendecir la vida

sin reprochar el destino de la mariposa

caída sobre el limo,

sin culpar de la desgracia

la ponzoña insensible de salvajes ofidios.

 

Concilia en mi deseo

los bandos enemigos

y danos la paz

que habita entre gorjeos de aves

y sonrisas de niños.

Efraín Gutiérrez Zambrano