"De la nada escribo este poema,/ de una realidad que se me escapa,/ de un planeta fuera del sistema,/ de un país que no está en el mapa".
Cuando no tienes, la humildad te llega
y pareces gente como todos los demás,
cuando tienes, el olor a orgullo te ciega
y la que eras ya no vuelves a ser más.
Cuando no tienes bajas dudosa la cabeza
y aparentas ser tan dulce como la miel,
cuando tienes, tanta dulzura te pesa
y muy poco te agrada ya ese papel.
Cuando no tienes, puedes llorar
y para quien te ve, parecer sensible,
cuando tienes ya no sabes perdonar,
el perdón es para ti algo imposible.
Cuando no tienes a veces rezas
y lo haces en apariencia, de corazón,
cuando tienes, en Dios no te interesas,
crees que no hace falta en tu situación.
Cuando no tienes te expresas dulcemente,
incluso tus gestos son muy bonitos,
cuando tienes hay tensión y en el ambiente
tan sólo se escuchan tus gritos.
Cuando no tienes eres quien eres
y cuando tienes, dejas de ser...
ya no respetas, no razonas, ya no quieres...
Y para nada te interesa querer.
Cuando no tienes, tu sonrisa no falta
y todo en ti parece de verdad.
Cuando tienes, el orgullo te asalta
y te nubla la mente la vanidad.
Cuando no tienes puedes ser amable
y dejar que tu alma se abra...
Cuando tienes es poco probable
que salga de ti una buena palabra.
Es la diferencia entre tener y no tener,
las dos caras que le das a la vida...
Debatiéndote entre ser o no ser
y que sea el tener lo que decida.
De tristeza, de mucho dolor se llenó
de pronto este poema que escribí,
tristeza profunda porque lo hice yo
y dolor por saber que es para ti.