Mi mamá flores ha comprado
para ponerlas en un jarrón
y dejar en la casa todo adornado
para recibir visitas de ocasión.
Ella me hizo algunas advertencias
para que yo no dañara las flores
y me dictó su palabra de sentencia
reforzando principios y valores.
Pero hay otro ser dentro de casa
que mi mamá ha pasado por alto;
es un huracán que todo arrasa,
y ese es mi pequeño gato.
Yo llegué en el momento preciso
y llamé a mi madre de inmediato
¡Se han comido las flores de improviso!
Y ese ha sido, el travieso gato.
Alejandro J. Díaz Valero