Donde no hay razón, hay locura
Donde no hay cordura, hay ira
Tormentos de crispación y fisura
Eso es mi pareja, tontería y mentira…
Porque no se expansiona, con la verdad
Y se ofusca en rarezas, que solo ve ella
Una tormenta constante, de irrealidad
Soledades ocultas, de enfermiza doncella…
Hace la vida imposible, matando la sonrisa
Caigo mil veces en torturas, de incomprensión
Porque no se puede ocultar, la ira y la falsedad
Ni las miradas locas sin gracia, llenas de decepción…
Por esto arde mi corazón y huye de él, mi alma
Presionado por la codicia y la ceguera, de su guerra
Á muerte con su marido y en el centro de mi calma,
Muero de depresión ¿hacia dónde me arrastra?…
Á un precipicio sin razón, donde vive la avaricia
Y no entiende, quien la quiere y le aconseja el bien
Sigue cegada aconsejada, por envidiosas lenguas
Que en el fondo quieren hundirla, en su desdén…
De mentiras apartadas de la realidad y sentir, de verdad
Que es amor, querer y sentir que la necesito, con migo
Madre de mis hijos y mujer encantadora, cuando es veraz
Pero solo una vez al año, ó muy pocas veces, recibo un alago…
Así paso los días, escondido la habitación del miedo
Apocado por las vías en donde descansan mis vagones
Tren de recorrido ligero, en donde descansa mi ego
Ya solo queda esperar el brío, de otras estaciones.
¡Mientras mi corazón arde en su infierno, voy mirando al pasado y veo que jamás haber sido, del todo feliz!
Modesto Ruiz Martínez / sábado, 08 de agosto de 2009