Los ojos de mi niño se perdieron
En la fuente de los milagros
Se fueron surcando el cielo
Buscando felicidad
Dejaron de ser un beso
Una caricia un abrazo
Y volvieron más bien tristes
Y llenos de soledad.
Se perdieron solo un segundo
Un instante un retazo
Un relámpago de luz
Que apenas rozó su paz
Y aún no comprendo bien
Porque volvieron descalzos
Con la mirada perdida
Sin ganas de parpadear.
Eran los ojos de mi niño
El que tuve en mi regazo
El que crié con mi cariño
Y le di mi libertad
Los miré al regresar
Me quebré en mil pedazos
Ya no eran esos ojazos
Extasiados de mirar.
Ahora tiene unos ojos
Grises y desgarrados
Los ojos que veo a diario
Son ojos de la verdad
Mi niño no volverá
Debo aceptar mi calvario
Y vivir sin mi niño
Y morir con su edad.