Isaac Amenemope

EL INABARCABLE CUERPO DEL DESEO

Hoy ha sido todo el día...

 ya muy lejos la naciente madrugada

 y el rocío hormonal titiritando con picardía

 chapoteando en tu ombligo colores para alguna aguada.

 

 La evidencia de la posesión

 se reduce a una cama

 se hace labial catarata, jugo de melocotón

 sigilosas palabras

 con las cuales rellenar almohadas.

 

 

 Tu lengua se convierte en mi arco

 para que los besos te penetren

 y mi lengua inquieta convertida

 da en ese blanco inconsciente:

 

 sueño costilla

 TU lagar abierto

 flecha saliva

 pecho desierto

 rosa hendida

 

 En tu vientre el mar golpeando la cabeza suavemente

 y allí muchos más de esos pensamientos

 que son tan fugaces como peces,

 

 recordándome mientras nadan

 que para llegar lejos

 hay que empezar por moverse,

 

 hablándome mejor que la lluvia

 tocando emociones

 en donde ni yo mismo he colocado aún un dedo.

 

 

 ¿Qué nos empuja a dejar sin lugar y sin revelaciones

 los rumbos que hasta ayer brotaran de los sueños?

 

 Mucho de lo que hoy quieres

 es una cascada de sensaciones

 que caen porque sí y en un momento,

 es la vida que te inquiere

 es el inabarcable cuerpo del deseo.