Imaginar futuros, crear veredas, alumbrar caminos. Es algo que solíamos hacer aquellas tardes de café, cuando el tiempo nos colocaba en ese sitio tan simple que daba significado a nuestro sentido del vocabulario. Llegaba la tarde y ya tenia tantas cosas que contarte, tanto sueños que describirte, tantos miedos que desvanecer en ese instante junto contigo. Estábamos ahí desglosando el alma enmarañada por aquellas palabras que entraron como flechazos destinadas a ocultar el alma y no volverla a mostrar mas. La tarde con el tiempo se hizo noche y no volví a ver mas tu rostro, no volví a distinguir lo complicado de lo simple; pero hoy, vuelvo a recordar tu voz, tu sonrisa, tu mirada y siento el rose de la brisa que anuncia tu presencia, que lleva de favor un mensaje para tus oídos diciendo aquí te espero para cuando en tu alma tope; y entonces, por tu mente te reproducirá aquella película que fabricamos de todos esos momentos que vivimos aquellas tardes de cafè juntos creando una hermosa relaciòn de humanos. DeL MaR