Es la quietud del instante,
inefable tristeza
que roba preguntas y respuestas;
que tras su inexpugnable gris
inventa otra vida gélida
como el rocío en la mañana del recuerdo.
Es la mirada perdida
posada en el abandono
tras la última despedida;
en este umbral de presente
que aún era mañana,
anhelo de deseo vestido de tragedia,
hecho vida por donde vagar
arrastrando todos los recuerdos.
Es el silencio de la paz que no se busca,
el murmullo con sabor a tristeza,
es la sonrisa perdida
tras la mirada clavada en tu ayer.
(jpellicer)