Cuando se canse la luna
de vivir rodeada por estrellas,
voy a quererte amada,
voy a quererte.
Cuando el tiempo se desplome
en la mitad de mi cabeza
voy a entenderte amada,
voy a entenderte.
Cuando los pinos se despojen
de su aromático vestido,
voy a adorarte amada,
voy a adorarte.
Y si la luna se cansa de lo existido
que baje por las trenzas
del Tulahuén limarino,
y se deslice hasta la vista
de mi rostro adormecido,
con el tiempo graficado
en mi pelo envejecido,
para arrugarte amada, para arrugarte.
(Bugues)