Sigo sobreviviendo en este mundo sin sentido.
Se aproxima el momento de volver a casa.
Alli me esperan los afectos que han quedado
mi padre, mis hijos, un nieto por llegar y mi perro.
Ya pronto voy a dejar de correr de avión en avión.
De abrir todos los sentidos para guardar lo conocido.
Se acabaron los solitarios cuartos de hotel.
Regreso a lo que una vez fue mi hogar
donde había discuciones, risas, penas y alegrías.
Volveré a mi casa sola, grande, fria,
allí me espera sólo mi fiel amigo.
Por qué será que nadie entiende que
se puede uno sentir sola aún rodeada de gente.
La soledad está anclada en mi corazón
desde que el amor partió.
Hay muchas clases de amores.
A mi sólo me falta ese que hace brivar el corazón.
Sin él me está resultando difícil hasta sobrevivir.
Añoro el arrullo de unas palabras, la pasión encendida,
el sabor de una boca, el calor de unos brazos.
Añoro el amar sin límites y sentirme amada...