Tú, el que dice amarme,
el que trata de demostrármelo,
el que me comprende,
el que me acepta.
Tú, el que lleno de paciencia
toleras mis reproches
y que con sólo mirarte
ese momento es olvidado.
Tú, el que mis sueños ha invadido,
el que me hace soñar despierta,
el que sin dudarlo, lo da todo
y que al darlo, no pide nada.
El que se conforma con un beso,
el que me droga con su mirada;
tú, hombre inalcanzable y profundo,
no me dejes perder la esperanza
de poder amarte con toda el alma.