¡Señor, por favor, necesito de tu ayuda!
Señor, enséñame/
a apreciar la vida que tengo,
sabiendo que ella dura poco tiempo.
No permitas que mi muerte sea eterna.
Dame vida después de cruzar el puente/
éste muro engañoso que me separa de ti.
Ayúdame a entender que yo soy carne.
Que soy un simple sueño que soñaste.
Y cuando me despiertes podré verte.
¡Quisiera que esto sea para siempre!
Que tu luz me ilumine aun en muerte.
Ayúdame a amar cada latido
del corazón que llevo palpitando,
antes de que el reloj del alma ya se pare,
y empiece yo a contarme/ estando ausente.
Como uno más/ que ya partió silente.
Dejando esta plegaria que esta viva.
Y al que la hizo/ le verá resucitar.