Entre mis manos
se escurren…
tus días silenciosos,
no escucho tu voz
y mi jardín se aflige.
De repente…
después de saborear
el primer sorbo mañanero de café
un…¡ muchas gracias!
cae frente a mí…
como lluvia fresca
que empapa la tierra.
Un verano seco…
se vuelve primavera,
sin más espera…
mis flores embellecen,
mis ojos se iluminan,
un gozo inefable…
de mi corazón se apodera,
imposible dejar de sonreír.