Roberto Moran

Solo Pasó...

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Era una sirena, sí, una con pechos de oro, cintura de plata

Sin cola ni escama, de larga cabellera blanca, como la brisa de invierno,

Era una sirena que pasó caminando por mi vereda,

Y no quiso volver la mirada cuando la llamé por su nombre,

Ni quiso llevarme a donde su corazón se esconde

 

Ella salió del mar, con sus ojos de madre perla,

Con la piel salina, desnuda con su cuerpo de bronce

Dando sus besos al viento como gaviotas color ocre

Era una sirena, con melodiosa voz, igual a la de los cuentos de piratas

Una voz tan sublime que a cualquiera enamoraba

 

Yo me fijé en ella, y escribí versos de algunos poetas para su belleza,

Le hablé de estrellas, del universo que me mostró con sus ojos,

Pero ella no se fijó en mí, ella pasó por mi lado, me dirigió una palabra,

Un verso ininteligible, absurdo y abstracto,

Le ofrecí mis besos y no quiso en ellos alojarse,

Solamente pasó, como el viento, como una cometa, como la lluvia.

 

Dejándome tácito, mientras observaba como se alejaba,

Dejando solo sus huellas sobre la arena del desierto,

Dándole así, a mis versos,

El punto y final…