Pienso en lo que mi corazón devora
tormento de un amor que prisionero
y tanto he reflexionado y sueño ahora
lo que eterno soñé sea pasajero.
Un sueño de un oasis cristalino
espiga de la idea de la terneza
caramelo de ensueño en tu destino
risueño de querubín en tu belleza.
Y tu calor desparramado en simpatía
paisaje liberal en mi albedrío
el ansia y sed desde el arrullo al río
tristeza mitigada en mi alegría.
Ay si dueño de tu ser lo fuera
dulce aliciente en mi terrible hora
y si quitarme esta aflicción pudiera
a mi sensible ser que gime y llora.
Diciembre y su prestada algarabía
alejadísimo del sosiego y la belleza
como pensar también que no eres mía
colman mi ser y el alma de tristeza.
Y asomándome curioso tras el año
miro mi ser flagelado y ya vencido
sumido en la cataléptica del daño
con el certero flechazo de tu olvido...