Cuando estoy solo,
como un refractario
o como un ahorcado
que tiende de un árbol
-me acuerdo de usted
desde aquella noche
cuando abandonó,
mis besos callados-
Caricias supuestas...
que usted me dió
alevosa y tierna
el momento cumbre
de su sexo ardiente…,
y así permitió
que su seno jugara en mi boca
como lo hace el grillo
entre la maleza...
Por ello sólo la recuerdo
cuando duele el alma
cuando se tiende mi cuerpo
cansado en la cama.
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Sergio Martín Jacobo Martínez
"el poeta irreverente"