Mujer poema
Los ojos del Péndulo ansioso de su propio inicio
Contemplan el himen de la hoja blanca.
Mi mano se hace del punzón a fuerza de insistencia;
En su vértice carbonoso desemboca la energía
Desleída por la savia de mi carne:
Atravesó estepas lascivas guarecidas en contornos de mi alma.
La energía brama cual potro silvestre
Sitiado por la daga que desuella libertades.
El himen cede bajo el trazo del punzón;
Sangre negra se desborda;
El Péndulo inicia y en sus retinas veo el fuego de los verbos;
Sangre y verbo se penetran,
Engendran valles, rocas, voces;
La hoja se extasía,
La carne alegra.
Al horizonte brota el sol,
Viste luz de hembra con el celo en remolinos.
Madura el Péndulo y sus retinas se inundan de mujer;
Mujer en celo relieve en la hoja.
Ahora mujer, ahora luz
En capullos de poesía.