El chorro de dos fuentes
van brotando de inmediato
porque llegaron de repente
la ballena y el ballenato.
La ballena va serena
nadando por el mar ancho
enseñando como madre buena
a su tierno ballenato.
A la ballena y a su hijo
al ballenato y a su madre
estos versos les escribo
mientras disfruto la tarde.
Alejandro J. Díaz Valero