Eres feliz cuando sostienes la rosa
con tu emoción de mariposa,
y con tu sentimiento de amar.
Luces como esmeralda preciosa,
con olas de vaivén ansiosa,
y con un profundo suspiro
que sale del mar.
Tus delicados dedos sedosos
sienten la vida en la suavidad,
y tus amores se tornan hermosos,
a pesar del tiempo que vuela,
más tú, no dejaste de ser mozuela,
por no haber perdido tu sentimiento de amar.
Ni las espinas de las zarzas,
ni los arrebatados vientos
fueron tan violentos
con aquellos encontrados sentimientos
que volaron con las garzas,
pero tú, nunca perdiste el sentimiento de amar.
Deja que aflore tu eternidad,
aunque surjan oleajes en la tempestad.
Atrae tus sueños y hazlos realidad,
pero no pierdas el sentimiento de amar.
Si en tu camino tuviste un amor de pena,
que hoy se esfumó en la arena,
entonces se como la montaña,
no lo esperes, no te aguardes,
deja que las nubes lo conserven,
así cuando mires a lo alto,
lo recordarás con el amor del cielo,
como las figuras que se tallan en el hielo.
Eleva tu ímpetu de amor,
desparrámalo, aprécialo,
pues las heridas son para crecer,
y en el nuevo corazón que fluye,
todo está por renacer,
con tu bello sentimiento de amar.