daniellito

poema 150

Sentado en el asiento del vacío

me  inclino a pensar en el espacio,

a lo lejos señales prenden y apagan

como señalando un camino profundo,

un manto cubre la luna

bellamente vestida de seda,

la tristeza que se postra al cielo

la melancolía brilla y apaga con recelo,

hay asientos para recordar,

con la luna el tiempo vuela

y se despide a otra mañana…

 

Antes solía seguir  a la luna

como un tesoro perdido,

a veces ella también me buscaba

como unidos de la espalda,

yo me arropaba con el telar oscuro de la noche

más claro que la soledad,

mas frio que la soledad…

 

Ahora platico con la cobija de la noche,

la luna es la linterna que ayuda a mirar

cocuyos como una corona hacen soñar,

el viento le da razón al frio

y a la mesa de noche que cuida de mi sueño…

 

Ciertamente cuando miro la luna tu estás

sé que desde donde me siento no hay lugar,

pronto me dejará por el león,

como a quien lo abandona un barco,

y mi asiento  es  lugar de espera,

oh melancolía! El barco te da razón…